Cada junio lo advertimos, pero no hay cambios estructurales: llega el frío, falta el gas natural, colapsan los tendidos eléctricos y aparecen los incendios, mientras el frío congela casas con paredes de chapa, madera y nylon.
Pasan los años y no pasa nada. Sólo tenemos subsidios insuficientes y mucha burocracia; en el mejor de los casos, si llega, alguna que otra frazada.
Un nuevo invierno, los mismos gritos,
en La Garganta Ilustrada.