20 agosto, 2021
, Violencia de Género

«EL FUNCIONARIO QUE ME ABUSÓ, HOY ES CANDIDATO A SENADOR»

BUSSI ABUSADOR

* Por Lupe, seudónimo que resguarda la identidad de una mujer abusada por Ricardo Bussi, legislador de Tucumán.

El 12 de junio de 2020, denuncié por abuso sexual y usurpación de identidad a Ricardo Bussi, legislador y miembro de “Fuerza Republicana”, un partido político de Tucumán. Hoy, ese mismo hombre es candidato a senador de la Nación. El 11 de mayo había ido a la Legislatura a reclamarle a Bussi que su partido había robado mis datos para abrir una cuenta bancaria de más de medio millón de pesos: me encerró en una oficina y me abusó sexualmente. Ese día fue un calvario y, desde que hice la denuncia, mi vida entera se convirtió en un infierno.

Luego de la primera acusación, fui 10 veces más a radicar la denuncia porque este tipo violó sistemáticamente todas las órdenes de restricción. Mi casa tiene más de 15 disparos, fue baleada por una camioneta cuya patente está a nombre del legislador, y he recibido amenazas de muerte hacia mi familia; también sufrí un intento de secuestro el pasado lunes 9 de agosto. Ese día, Bussi decidió, impunemente, hacer un acto de campaña en el jardín escolar de mi hija pequeña. Me desesperé, y lo primero que hice fue sacarla inmediatamente de ahí, me fui corriendo a tomar un taxi y casi me lleva puesta una camioneta. Asustada, me subí al auto con mi beba en dirección a Tribunales y, durante un transcurso de 10 cuadras, la misma camioneta nos siguió. El taxista, preocupado, se ofreció a salir de testigo y me acompañó a hacer la denuncia; en Tribunales tenían conocimiento de mi causa, pero nadie me escuchó.

Estoy encerrada en mi casa desde hace un año porque la causa no tuvo ningún avance y mi integridad física está en peligro. Me invade la bronca, el asco, la impotencia; ya no sé qué hacer, lo único que me garantiza el Estado es una muerte segura. Por eso tuve que viajar a Buenos Aires, no me quedó otra que encadenarme en la Casa Rosada para que me ayuden; ya estoy cansada de las promesas, necesito que cumplan, porque si no me protege mi provincia y mi país, no sé qué me queda. Ya no soporto que mis nenas me vean llorar por las noches, no doy más; me quitaron hasta las ganas de vivir.

Es horrible lo que estoy viviendo. Es necesario que el Estado, de una buena vez, escuche a las víctimas y no al abusador; igual de importante es que los medios de comunicación trabajen estos temas con respeto. Hace poco, una radio local me llamó para hacer una nota, ¡y me puso al aire con mi abusador! Eso es perverso e inhumano. Para afrontar todo esto, me aferro al vínculo con mis hijas y al acompañamiento de todas las mujeres que están al lado mío. Gracias a las pibas hoy estoy con vida, si no hubiese sido una desaparecida más. Antes de que este hombre tome un lugar de mayor poder, necesito, por favor, que alguien me escuche.