Hace 50 años, la selección de fútbol femenino le ganaba 4 a 1 a Inglaterra en su debut mundialista. En honor a aquellas pioneras feministas, hoy celebramos el Día de la Futbolista Argentina; este año, por primera vez, de forma oficial. Y lo festejamos como un gol en el Mundial, porque sabemos lo difícil que se nos hace jugar de igual a igual, y más en una cancha que tiende a hacer la individual. Por eso nos juntamos y jugamos en equipo, y soñamos un golazo de jugada preparada, para que delire toda la hinchada: levantar los potreros cada barriada, con jugadoras empoderadas, que recojan la semilla de tantas futbolistas de la villa que no pudieron llegar.
¿Llegar adónde? ¿A jugar afuera? ¿A jugar en Primera? No, llegar a jugar, y punto. Llegar a probar, llegar a disfrutar, llegar a soñar. Es difícil siendo villera que no te dejen afuera, porque siempre nos dijeron que nuestro lugar está atrás de la línea de cal, y nos sacaron de la cancha. Entonces pegamos un grito bien federal y pedimos revancha, por todas esas pibas que siguen esperando entrar, por todas aquellas que sueñan jugar de 10, y le sacan la pelota de los pies. En este día, y en cada día del calendario, armar un picadito villero: en cada barrio, con los ojos en el cielo y los pies en el potrero.
