En San Pedro del Chaupi nos cansamos del maltrato y la falta de respuesta a los problemas de salud de nuestro barrio de parte de las autoridades; por lo que nos convocamos a un taller participativo para exponer y analizar todas las dificultades y preocupaciones que tenemos sobre el tema y poder construir un plan barrial de salud.
En nuestro barrio entendemos que la salud es sinónimo de bienestar y es un derecho. Por tanto, no es suficiente con recibir un tratamiento médico o psicológico cuando ya estamos enfermas o enfermos, sino que también es necesario que se traten las diferentes circunstancias económicas, sociales y ambientales que influyen en las condiciones de vida, causando o aumentando las posibilidades de que nuestras vecinas y vecinos enfermen o se agraven, como las que describimos a continuación:
Semana tras semana, la basura se acumula en una esquina del barrio. Junto al mal olor, los perros hambrientos y las ratas, vienen el estigma y la discriminación.
Por otro lado, no tenemos áreas verdes comunitarias. El único lugar disponible para el encuentro y esparcimiento de nuestras vecinas y vecinos, tiene la hierba crecida y está cercado con alambres. Hace dos años, funcionarios del Municipio nos amenazaron con volverlo propiedad municipal si es que lo usábamos ¡Nosotros sólo queremos un espacio comunitario en el que puedan jugar nuestras hijas y nuestros hijos! A pesar de todo y de la amenaza, los espacios siguen descuidados y abandonados; y los programas sociales, culturales y deportivos aún no llegan a nuestro barrio.
De la misma forma, denunciamos el recorte a la salud pública efectuado por el Gobierno. Hemos dejado de recibir la atención en salud básica. A los trámites administrativos excesivos para ser atendidos, se le suma el trato distante, lejano e impersonal de los profesionales del centro de salud a nuestros vecinos y vecinas. Se nos dice que el proceso de vacunación para prevenir la propagación de la Covid es prioridad, pero hay carencia de pruebas para la detección del virus; además, justifican en esta situación coyuntural la falta de especialistas en ginecología o pediatría, la falta de medicamentos y otras vacunas necesarias para el desarrollo de las niñas y niños. ¡Y ni hablar de los problemas de salud mental! No hay psicólogos y quienes padecimos el coronavirus experimentamos ansiedad y depresión, pero hemos recibido atención.
¡A todo esto le decimos basta, y empujamos la salud comunitaria!
