Hace 99 años nacía en Córdoba uno de nuestros faros: el compañero Alberto Granados Giménez. El 4 de enero de 1952, Alberto y el Che se subieron a La Poderosa, una moto que nunca más dejaría de andar, y juntos recorrieron Latinoamérica palpando sus injusticias, sintiendo sus dolores y forjando un espíritu militante y revolucionario. Hace ya una década, Alberto pasó a la inmortalidad. Hoy lo recordamos en la voz de su hija, Delia.
“Mi papá vivió toda su vida con una pasión, sencillez y altruismo inigualables. No puedo recordarlo sin evocar que fue uno de los pioneros de la biotecnología en Cuba y realizó importantes investigaciones en la bioquímica humana. Cuba, país al que tanto amó y al cual dedicó su trabajo como investigador, hoy sigue en pie de lucha. El bloqueo económico, financiero y comercial ha sobrepasado los límites de lo racional, pero, aún en pandemia, la situación no ha impedido que en el país se desarrollen políticas sociales para enfrentar la pandemia y ofrecer ayuda solidaria a otros pueblos”.
A 99 años del nacimiento de Alberto, el horizonte revolucionario que soñó, sigue siendo factible: “El espíritu de mi padre está vivo en este pueblo cubano que, ante tanta adversidad, ¡sigue batallando por un mundo mejor y posible!”.