* Carta de Alejandra Díaz, mamá de Luisito, para Diego Armando Maradona.
Querido Diego:
Espero que al leer estas líneas estés bien, feliz, abrazado a Doña Tota y Don Diego, rodeado de muchos que te aman y admiran. Te imagino sentado, charlando con esos pibes y pibas que soñaron con ser como vos. Sí, como vos: un jugador de fútbol, el mejor. Y un villero con orgullo.
Yo te conocí por la tele, ¿sabés? Fui redactora de La Garganta y mi compañero, Alejandro, fue el que te hizo la primera nota donde gritaste con nosotros. No te imaginás qué alegría fue para él entrevistarte. Después, en el Mundial del 2014, en Brasil, recibiste a otros compañeros en tu programa, y dijiste al aire: «Siento orgullo de que estén acá». Claro, vos, que saliste de Villa Fiorito, ¡cómo no nos ibas a entender! Y nosotros nos sentimos orgullosos y honrados de haber compartido esa sensación. Pero al fin, cuando te necesitamos para que gritaras justicia por la muerte de Kevin, ahí estuviste, y yo pude conocerte en persona. No me olvido nunca más.
Mi hijo es Luisito, un fanático del fútbol. En 2010, después de que lo mataran, sus amigos y compañeros del fútbol popular de La Poderosa propusieron que se hiciera un polideportivo para recordar el amor de mi hijo por el deporte. Hoy vamos a inaugurarlo. La cancha se llamará Luisito, y el poli llevará tu nombre, porque te lo ganaste.
Y hoy te pido que nos ayudes. Sí, te pido ayuda para que mi Luisito sea un gran jugador como vos, y para que todos los pibes que ya no están acá cumplan sus sueños allá en el cielo. Y que los que están acá, en el barro, a través de ese polideportivo puedan divertirse y ser tan libres como vos lo fuiste, que no se les corte la vida tan pronto.
Diego, aún sentimos tu magia y tu humildad. Te mando un fuerte abrazo, y otro especial para Doña Tota; estoy segura que está tan orgullosa de vos como yo de mi hijo.
Aunque suene un poco loco,
no te fuiste nunca.
Y Luisito tampoco.