En la fuerza de las manos que revuelven las ollas, en las rondas donde discutimos políticas, nos encontramos. En el contragolpe de la precariedad, en el llanto por las que ya no volverán, nos encontramos. Cuando levantamos la vista para asegurar que somos un montón en todo el país, cuando atendemos el teléfono para reafirmar que no estamos solas, cuando la violencia machista nos encierra en una jaula, nos encontramos. Si nos falta el agua y nos falta Ramona, si la comida no alcanza, si queremos estudiar, si necesitamos construir una cooperativa para poder laburar, nos encontramos. En la lucha contra la feminización de la pobreza, nuestro feminismo villero surge de las resistencias.
Otra vez, un poderoso Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias.