8 noviembre, 2021
, ECONOMÍA POPULAR

TRAIGAN SALARIOS, QUE TRABAJO SOBRA

En los barrios populares tenemos cultura de trabajo de sobra. Nos criamos con madres que laburan 24 horas los siete días de la semana, fuera de casa, en el mantenimiento del hogar, las tareas de cuidado y el sostenimiento de espacios comunitarios. También crecemos viendo cómo nuestros familiares tienen empleos con salarios por debajo de la línea de la pobreza y en condiciones precarias. Lo que falta, en la villa, son oportunidades y salarios dignos.

Que un subsidio o plan social permite vivir y llegar a fin de mes, es sólo un mito. El “Potenciar Trabajo”, impulsado por el Gobierno Nacional, es de $16.000, la mitad de un salario mínimo, vital y móvil. Según el INDEC, la Canasta Básica Alimentaria para un hogar conformado por 5 integrantes en septiembre fue de $31.568; el programa Potenciar, al cual no todas ni todos los vecinos tenemos acceso, sólo alcanza a cubrir la mitad.

Solamente en La Poderosa somos más de 1500 compañeras que trabajamos al menos 8 horas por día en comedores, ollas populares y merenderos; sólo la mitad recibimos, con suerte, un Potenciar. Actualmente, brindamos más de 40 mil platos de comida, ¡todos los días! Aún así, el reconocimiento salarial no llega. Entre las Casas de las Mujeres y Disidencias y las Postas de Salud de todo el país, sólo el 60% de las trabajadoras recibimos un programa social. El resto, laburamos voluntariamente y nos sostenemos gracias a la autogestión. Asistimos en casos de violencia de género y abuso sexual, acompañamos a familiares de víctimas de femicidios y atendemos demandas que el mismo Estado nos deriva, aunque ni siquiera nos ofrecen acompañamiento psicológico.

Frente a la crisis, levantamos cooperativas de trabajo. El 30% de las y los trabajadores no contamos con ningún apoyo: trabajamos sin ningún complemento a lo que producimos y generamos, dependemos exclusivamente de las ventas que logremos concretar.

Nuestra fuerza de trabajo no se detiene, mucho menos en un contexto en que la pobreza supera el 40% a nivel nacional. Por eso necesitamos un reconocimiento salarial que nos permita vivir dignamente. A la economía popular no hay que esconderla, sino visibilizarla. La salida es colectiva, por eso es clave apoyarla.