En las villas ya brindamos y pedimos los mismos deseos de siempre: salud, educación, trabajo y urbanización. Con la esperanza viva y desempañada, celebramos otra Navidad llena de ilusiones y sueños pendientes, frente a un Estado que nos sigue adeudando la dignidad.
Vamos a seguir luchando
¡hasta que se hagan realidad!
