* Por Cristina Castro, madre de Facundo Astudillo Castro.

Finalmente, ayer la Sala I de la Cámara de Casación Federal apartó a la jueza María Gabriela Marrón de la causa que investiga qué pasó con Facundo. Nosotros lo veníamos exigiendo desde que ingresaron a la causa los fiscales Horacio Azzolin y Andres Heim, porque ya desde entonces hubo anomalías y se pidieron pruebas que ni ella ni el fiscal Santiago Martínez habían solicitado. Ahí nos dimos cuenta de que no estaban haciendo bien su trabajo.

Al ingresar Azzolin y Heim a la causa, se pidió un nuevo allanamiento a la Comisaría de Teniente Origone para poder practicar la prueba de luminol, una técnica forense que permite detectar rastros de sangre. La jueza Marrón la denegó, y después de pelear mucho nos la otorgó la Cámara de Bahía Blanca: dio positiva en sangre humana. Cuando pedimos que se analicen otros patrulleros, Marrón también nos lo negó; y cuando los fiscales pidieron los teléfonos de los policías de Villarino, adujo que dejábamos sin teléfono a la policía y no se hizo. Nosotros ya sabíamos que se los habían intercambiado, y que cada uno tenía cuatro o cinco aparatos.

Lo único que pedimos en todo este tiempo fue que sean imparciales y que hagan su trabajo como corresponde. Esperamos que el apartamiento sea una bocanada de esperanza para Facu y para todos los familiares de víctimas de las fuerzas policiales porque sabemos que muy pocas veces obtienen justicia, que solo parece estar reservada para el poder y los políticos. Nosotros nunca bajamos los brazos y seguimos peleando a pesar de las amenazas y las denuncias que sufrimos durante un año y medio, porque los pobres y los laburantes también tenemos derecho a exigir justicia por nuestros hijos.

Dijimos nunca más, y volvieron a asesinar. Esperamos que en 2022 no haya más madres buscando a sus hijos, y que la Policía deje de matar y torturar a nuestros pibes, porque nos están matando el futuro.