Ayer, en el corazón de Villa Soldati, inauguramos una nueva casa para no tener que callarnos nunca más. Un espacio sororo, para seguir tejiendo nuestro feminismo villero y apuntalando el espíritu guerrero de las vecinas que mantenemos el barrio en pie, todos los días, corazón mediante. Hoy brindamos por ese aguante, y por el orgullo de saber que, aunque nos lluevan distintas violencias, desde abajo florecen las resistencias.
En Fátima, ya está abierta nuestra Casa de las Mujeres y las Disidencias.