Claudia vive en el barrio Alberdi, en Río Cuarto, y dio positivo de COVID-19 el miércoles, luego de cinco horas de espera en el centro de testeo de Parque Andino. Solicitó asistencia alimentaria al Centro de Operaciones de Emergencia (COE), y le dijeron que tenía que esperar entre 30 y 48 horas para que la carguen en el sistema, y recién ahí la van a llamar y evaluar la asistencia. Sí, así actúa el gobierno provincial frente a una emergencia: ¡como si el hambre pudiera esperar!
Claudia es paciente de alto riesgo: tiene diabetes, enfermedades cardiorrespiratorias, problemas de hígado y huesos. Anoche se tuvo que levantar tres veces durante la madrugada para bañarse y que le baje un poco la fiebre. Le duelen muchísimo los huesos y las piernas, y tiene los ojos amarillentos. Para recibir una visita médica, se comunicó con el Hospital San Antonio de Padua y la derivaron, nuevamente, al COE, donde le dijeron, una vez más, que para recibir una visita médica debía estar cargada como positiva en el sistema. Parece una metáfora de nuestra realidad: el sistema te expulsa y te niega derechos para vivir con dignidad.
Mientras tanto, en el barrio Yapeyú, en la ciudad de Córdoba, Elisa, de 60 años, también sufre el abandono del gobierno provincial. Tiene hipertensión y dio positivo en COVID-19 el domingo. Ese día llamó al COE para pedir asistencia alimentaria, y le respondieron que se la iban a entregar en 72 horas. El miércoles, cumplido ese plazo, le dijeron que recién le iban a enviar una caja con alimentos en las siguientes 48 horas. Es decir que la asistencia alimentaria le llegaría recién en el quinto día de los siete que dura el aislamiento.
Nuestro mensaje al Centro de Operaciones de Emergencia: nuestra mayor urgencia es su indiferencia.