21 enero, 2022
, PERÚ

EL DERRAME CUESTA UN PERÚ

Desde que se produjo el derrame de petróleo en una de las refinerías de Repsol, en la playa de Ventanilla, Perú, miles de pescadores artesanales denunciaron las consecuencias sobre el trabajo y el sustento de las familias, además del terrible desastre ambiental. Tras la erupción volcánica en Tonga, la mancha de petróleo en las costas peruanas ya afecta a más de 50 kilómetros de litoral y alrededor de un millón de kilómetros cuadrados de mar.
En las últimas dos décadas y media se produjeron más de mil derrames en la costa peruana. Históricamente, el Estado estuvo ausente a la hora de controlar y prevenir las operaciones de las empresas que solo piensan en sus ganancias. Además de la investigación judicial, las familias pescadoras reclaman un plan de largo plazo para subsistir, porque esta situación demorará mucho tiempo en superarse, y la economía de los hogares está en riesgo.