El consumo problemático es una realidad con la que convivimos históricamente en los barrios. Según la Ley Nacional de Salud Mental, un 10% del presupuesto total de salud debe estar destinado a la salud mental; sin embargo, el año pasado los recursos del área no llegaron a cubrir ni el 1,5%. Frente a esto, en las villas nos organizamos para encontrar soluciones y ofrecerles contención y acompañamiento a las y los pibes.
Desde la Villa 21-24 Nelson la hace corta: ¡para que la salud mental importe, ejecuten un presupuesto serio!