Se acerca marzo y, una vez más, nos encuentra haciendo malabares para que las chicas y chicos tengan lo necesario para empezar la escuela.
En la Ciudad de Buenos Aires, según un relevamiento realizado en comercios minoristas, los útiles escolares aumentaron un 63% con respecto al año anterior, y la indumentaria un 54%. Algunos productos en particular, como los marcadores, tienen aumentos de hasta 130%. El costo total de la canasta escolar es de $14.084, incluyendo indumentaria.
Otro estudio, realizado en Rosario por el Centro de Educación, Servicios y Asesoramiento al Consumidor (Cesyac), calcula el costo del kit escolar en $13.100, y mide una suba del 55% con respecto al año pasado, también incluyendo la ropa.
Quizá el ejemplo más extremo es el de Neuquén: la canasta escolar cuesta $17.068, un 85% más que el año pasado.
Estas cifras oscilan entre el 40% y el 50% del Salario Mínimo Vital y Móvil, que es de $33 mil. ¡Es decir que la canasta escolar de un solo niño puede costar hasta la mitad de un salario mínimo!
Para nosotras, trabajadoras cooperativistas, compañeros que sostenemos changas informales y todo el inmenso abanico de laburantes de la economía popular, la compra de útiles significa un esfuerzo gigante. O imposible.
Con estos precios, llenar la mochila resulta cada vez más difícil.