El miedo no conoce de hora, vestimenta, ni lugar. El lunes pasado, en Palermo, seis varones abusaron de una mujer. Hoy o mañana, en cualquier barrio de cualquier rincón del país, sucederá lo mismo.
El miedo siempre nos acompaña. Tenemos miedo cuando vamos a tomar el colectivo para ir a laburar y a veces el sol no salió, y miramos para todos lados. Tenemos miedo cuando cruzamos una plaza caminando: sentimos terror cuando está vacía, pero también cuando hay un grupo de varones. Tenemos miedo cuando salimos a bailar, cuando volvemos de la escuela, del trabajo.
Intentamos transformar ese miedo. Militamos, nos juntamos, exigimos, señalamos, denunciamos, pero el miedo está. Sabemos con seguridad que en algún momento algo nos va a pasar. A nosotras, a nuestras hijas, hermanas, amigas. Tenemos miedo por todas, no hay momento del día o lugar seguro: en donde sea, a la hora que sea, nos pueden violar, golpear, o asesinar.
Conocemos ese miedo. Lo sentimos desde niñas. Es el mismo horror que atravesó Sabina, nuestra vecinita riojana de 11 años a la cual le quitaron la vida en el 2019, y que no tiene justicia: el femicida sigue sin condena. Es la misma impunidad que sufrió Higui, quien hace seis años está procesada por defenderse de una violación, después de que un grupo de hombres la atacaran por ser mujer y lesbiana.
Estamos hartas de ese miedo. Tan solo en el año 2020 hubo 23.213 víctimas de delitos contra la integridad sexual y 5703 victimas de violación en todo el país. Cada día que pasa, cada femicidio, cada acoso o abuso presentado como un espectáculo en los noticieros, nos genera una bronca que no podemos apaciguar. Estamos enojadas y aunque nos tilden de locas, nunca nos van a callar.
A ese miedo hay que combatirlo: sentándose a discutir las masculinidades en la mesa familiar, con amigos, compañeros de trabajo. Y ante todo, es necesario que la Justicia tenga una reforma feminista y que el Estado garantice, de una vez, la aplicación de la Ley de Educación Sexual Integral que nos incluya a todas y a todes.
Estamos cansadas de vivir con miedo, ¡queremos que nos devuelvan la libertad!
