¿Por dónde empezar cuando hablamos de salud? ¿Por qué no por acá, en los barrios populares? Con políticas integrales que atiendan con celeridad cada necesidad territorial. Sin dejar de fortalecer una voluntad global, acompañando cada acción individual por cuidar el planeta, ¿cuándo tomaremos acciones que resguarden nuestro futuro de toda esta mierda?
Respiramos olores nauseabundos de una cloaca desbordada en barrio Yapeyú, Córdoba. Padecemos brotes de sarna ante la falta de agua para higienizar nuestras en casas en barrio Bosco II, Santiago del Estero. Soportamos olas de calor en las viviendas hacinadas del barrio Virgen Desatanudos, La Rioja. Nos exponemos al riesgo de incendios por sequías históricas en Corrientes. Nos contagiamos de pestes porque vivimos al lado de basurales en el barrio Madres a la Lucha de Río Gallegos. Resistimos a la desidia de convivir en un riachuelo contaminado en la villa 21-24, CABA. Sufrimos enfermedades a partir de la contaminación agrotóxica en la localidad Virrey del Pino, La Matanza.
Quienes cargamos esta historia clínica sabemos que la insalubridad empieza acá, en la falta de obras que permitan el acceso a servicios básicos, la posibilidad de una vivienda digna, el derecho de acceder a agua potable o la oportunidad de respirar aire limpio.
Para la salud mundial, no hace falta esperar un segundo más: ¡frenemos esta mierda ya!
