Esta semana arranca gris, otra vez, en los senderos donde no se hace patria. Cada vez hace más frío en la Ciudad de Buenos Aires y es común encontrar una persona bajo frazadas, cartón y bolsas en cualquier esquina.
Alexis Zungri durmió anoche sobre la avenida más ancha del mundo, la 9 de Julio: «La calle es complicada y no es para nada fácil que te den empleo si tenés algún antecedente como yo». Tose, nos cuenta que tragó mucho frío, que sus dos mantas no le alcanzan: «No pude dormir en toda la noche».
No tan lejos vive Ayelén Acevedo, una escritora trans que está en un parador: «Hace tiempo que la situación del país no ayuda, sobre todo por la inflación», dijo. El acceso a un empleo formal y la estabilidad habitacional, se vuelven más difíciles para las disidencias: «Todo es azaroso para nosotras, nos estigmatizan mucho por la prostitución en la que muchas compañeras caen por la necesidad». Nos contó que pronto sacará su libro de poesías y que escribe sobre la calle porque desde ahí grita: «Se logran leyes que luego ni se cumplen. No hay un trabajo de fondo. Hay muchas madres solteras en la calle, y las asignaciones son medidas cortoplacistas que no solucionan un problema de base. Si el Gobierno quiere erradicar la pobreza, quienes vivimos en la calle necesitamos una política en serio».
Carlos Duarte, de 42 años, está en calle desde los 13. Colabora en las ollas populares de Plaza Dorrego y de Parque Lezama. «Por día veo alrededor de cuarenta personas en las calles», resumió, y nos detalló su cotidianeidad: «Duermo donde puedo, hasta en los pasillos de las villas. Antes no veía a tantos en la vereda como ahora, y se vuelve peor si estás en consumo como yo, que desde chico fumo paco». Lucas García, oriundo de Fiorito, repite con su mirada cansada que busca empleo de cocinero o albañil: «Duermo entre Piedras y Av. Belgrano, y hace más de diez años que no tengo techo, para obtener subsidios te piden requisitos muy difíciles. Ahora todo es peor, la Policía nos saca de todas partes, pero le pongo onda. Me gustaría olvidarme de todo lo que pasé, no me gusta nada lo que veo cada noche pero, ¿qué puedo hacer yo sobre eso?».
¿Dónde está la Patria? ¿dónde está el Estado? Hay miles de personas en la calle, que no pueden esperar una noche más.