Hoy nos levantamos pensando en lo importante que es el cooperativismo en nuestros barrios. Tantas veces ninguneado, siempre mal remunerado y pocas veces visibilizado, ¿cómo generar otra alternativa laboral a la que propone el capitalismo cruel? La respuesta está en las cooperativas y en las personas que allí la pelean todos los días. En La Poderosa funcionan 81 espacios cooperativos, sostenidos en un 75% por mujeres y disidencias.
Frente a un sistema laboral que deja cada vez más gente afuera la autogestión surge cómo una alternativa real a la falta de trabajo: 9 provincias argentinas tienen más trabajadores de la economía popular que del sector privado. En nuestro país el cooperativismo explica entre el 10 y el 15% del PBI, en muchas ciudades y pueblos son las principales generadoras de trabajo. Desde el trabajo organizado, multiplicamos nuestras manos en clave colectiva, cocinando, tejiendo, construyendo, haciendo artesanías, limpiando calles, reciclando residuos y haciendo periodismo con todo el poder de nuestra Garganta.
Así salimos adelante y fortalecemos nuestra dignidad, apostando siempre a la formación. El 70% de las personas que trabajan en nuestras cooperativas no completó el secundario, y menos del 1% tiene estudios terciarios o universitarios. ¿Cómo se salvan de la exclusión? Apostando a la autogestión.
Hoy, en nuestro día, levantamos con orgullo la bandera del cooperativismo, porque todos los días vemos sus resultados. Acá, en nuestros barrios, donde no llega ni El Estado, ni la mano invisible del mercado, seguimos generando trabajo genuino y autogestionado.