Poesía de barro escrita por Rodrigo Caballero, garganta poderosa de Barrio Fátima, CABA. Ilustración hecha por Gervasio Troche.
Quiero ir para adelante y no puedo
Llego a la esquina del pasillo y una carcajada humeante me atrapa
Los pibes que con sus corazones acorazados por el berretín me muestran su amor de la manera que pueden me giran esa seca.
Y me siento afortunado
A la vez pienso que
quiero no sentirme atrapado por estos cables que cuelgan en mi cabeza
Por estos barros que me funden los pies, volviéndolos más pesados.
Que bizarro que hoy es moda ésta identidad de la cual estoy orgulloso.
Pero con los pies fundidos acá, la cosa está difícil,
Los horizontes que tengo no se reflejan en los ojos de mis pares. Veo ojos secos buscando monedas para el lillo. Otra vez dejando que el pasillo te quite el brillo
Sin embargo esta noche reflexiono por lo que quiero brindar y sé que el camino es buscar ese sueño para no ser uno más del montón, con su sueño postergado por un reloj.
El fantasma de la culpa me susurra encima, que me abrieron bastantes caminos para que mi destino no sea ese, y la identidad me dice que sueño muy grande y ya tengo mucho barro en las zapatillas del corazón.
