Entre enero y lo que va de agosto, en el gran Rosario se produjeron 190 muertes violentas; en 39 casos, las víctimas eran menores de 20 años. 446 personas fueron heridas por armas de fuego en los primeros 7 meses del año.
Cada semana que pasa se agregan nuevos casos a estas cifras del horror. En los barrios populares se hace muy difícil vivir: las balas nos pasan cada vez más cerca.
El silencio cómplice de los gobiernos, de la Justicia y de la Policía sólo sirve para incriminarlos aún más. Rosario siempre estuvo cerca, pero nunca estuvo peor. #HablemosDelNarcotráfico, por favor.