Se presentó el proyecto de Ley de Expropiación de Cromañón en el Congreso de la Nación. Impulsado por sobrevivientes y familiares, y acompañado por la Secretaría de Derechos Humanos, propone declarar de utilidad pública y sujeto a expropiación el boliche donde se produjo la masacre en la que murieron 194 personas el 30 de diciembre de 2004. El lugar será destinado a la creación de un Espacio de Memoria.
Esa noche, durante el recital de Callejeros en Once, una bengala inició el fuego y más de 1400 personas resultaron heridas. Sabrina Kleiner, sobreviviente, nos cuenta: «Muchos de quienes lograron salir del boliche quedaron atrapados en esa oscuridad y se quitaron la vida. Otros sobrevivientes y familiares fallecieron por enfermedades relacionadas con los efectos de esa noche, y otros hoy conviven con afecciones físicas y psíquicas severas».
Cromañón dejó en evidencia la negligencia del entonces jefe de gobierno porteño Aníbal Ibarra: esa noche, la cantidad de personas superó la capacidad habilitada. El lugar, a cargo del ex gerente Omar Chabán, no contaba con matafuegos ni agua en los baños, y una salida de emergencia estaba cerrada con candado.
El inmueble, conocido como «República Cromañón», se encuentra bajo la posesión de Nueva Zarelux S.A., una offshore uruguaya ligada a Rafael Levy, condenado en el año 2014 a cuatro años y medio de prisión por incendio culposo calificado. En 2018, el Tribunal Oral Criminal N° 24 le devolvió la posesión del local a la empresa: tiraron todas las pertenencias que quedaban de víctimas y sobrevivientes y lo pintaron.
Marisa Gómez, mamá de Gustavo Javier Marchiano, joven fallecido, aclara la importancia de que este proyecto llegue a buen puerto: «Ese día, mi hijo fue con uno de sus amigos. Nunca más lo volví a ver. Sabemos que en Cromañón no puede haber otra cosa que no sea un espacio de memoria. El proyecto hoy tiene el apoyo de 21 diputados y es importante para que la sociedad conozca lo que sucedió en ese lugar y cómo sucedieron las cosas, y para que no vuelva a pasar».