Mucho tiempo, muchas quemas y mucho humo pasó desde diciembre de 2021 cuando la Ley de Humedales perdió, por tercera vez, estado parlamentario. También hubo muchas marchas, charlas y organización para exigirle al Estado que proteja estas zonas que ocupan más del 20% de nuestro territorio nacional. La iniciativa propone crear un Inventario Nacional de Humedales y penalizar los incendios intencionales en estos territorios. De 2020 hasta la actualidad se perdieron más de 1 millón de esas hectáreas.
Julia Vélez es integrante de la Multisectorial Humedales y explica la importancia de que el proyecto a tratar sea el del consenso, número de expediente 0075-D-2022, que lleva la firma y la síntesis de 536 organizaciones socioambientales: “Es el ejemplo democrático de construcción para conservar y defender un territorio tan fundamental para el país como los humedales, que se ven atropellados por el extractivismo en un proyecto de Estado que sigue profundizando esta forma de producción”.
“No solamente es una cuestión ecológica, es una cuestión socioambiental. El territorio no es solamente la tierra en tanto suelo, sino también somos las poblaciones que ya estamos viviendo las consecuencias del extractivismo con el humo, para empezar, y la vamos a seguir padeciendo en el futuro con la contaminación del agua, del aire y también contra una identidad cultural que se tiene en el ser parte del ambiente”, expresa Julia.
Los alrededores del Congreso se encuentran rodeados por un pueblo que hace saber a los diputados y diputadas que los ojos están posados sobre su labor. “Cualquiera de los representantes de las comisiones que quiera cambiar, modificar o votar otra ley que no sea la consensuada, está dándole la espalda a la voluntad popular. Por lo tanto, no estaría ejerciendo su trabajo por lo que fue puesto en ese lugar. Estaría siendo servil a los lobbies inmobiliarios y ganaderos, al poder económico y atentando contra la salud, el futuro, el buen vivir y la dignidad de las poblaciones”, concluye.
