Hoy se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, de la cual existen diferentes tipos y lo que sobran son historias de vida. Por eso, qué mejor que sus palabras sobre cómo es vivir con esta enfermedad en el barrio, en un contexto de vulnerabilidad social y económica.
Juana Ramona Gauna del Barrio Mendoza Al sur, Corrientes, dice: “Creo que hace falta más acompañamiento y seguimiento desde el área de salud a personas que padecen de la enfermedad y más información de prevención”.
También hay escasez de: alimentos saludables para los espacios alimentarios, talleres de cocina saludable para aprovechar lo poco que tenemos, salario digno para poder elegir qué comer y cuándo.
Dentro de los cuidados a seguir están: la medicación, alimentación acorde a cada caso y realizar media hora de ejercicio por día. Nos encontramos con dificultades en esas tres áreas, Juana comenta: “Se me hace imposible sostener la dieta por mi situación económica y a veces en el centro de salud no tienen los insumos para los controles que tengo que hacer”.
Laurita, vecina del Barrio Las Dalias, de Mar del Plata, es mamá de Guadalupe que vive con Diabetes tipo 1: “En el hospital, la doctora nos explicó cuando vio los resultados. Yo mucho no podía escuchar, solo lloraba”. Es una noticia impactante y hay que tener tacto y sensibilidad para poder transmitirle a las familias lo que implica la enfermedad.
Por otro lado, al ser insulinodependiente nos dice: “Tenemos una heladera que nos regalaron, porque hasta entonces no teníamos heladera. Y cuando se corta la luz tengo una heladerita de traslado. Esa que se usa acá en Mar del Plata para ir a la playa. Le pongo hielo, y la dejo hasta que vuelve la luz. Pero me preocupa algunas veces, cuando no hay luz en todo el día porque el hielo no aguanta tanto”.
Si hay algo de lo que estamos convencidas y convencidos es que nuestro futuro, sin dudas, tiene que ser un futuro saludable, con mayor acceso a la información para la prevención y a los cuidados necesarios que amerita ésta enfermedad.