24 noviembre, 2022
, Madres de Plaza de Mayo

«HEBE: YO SOY DE LA VILLA»

Una de las Mamás que más rugía se acaba de ir y no puedo más que hacer memoria, como nos lo enseñó ella. Hay un número de La Garganta Poderosa que me gusta desempolvar cuando estoy bajón, la Edición N°7 de 2011, que tira frases suyas como: «Lo más fuerte que hicimos fue haber socializado la maternidad, que significa luchar por todas y todos, y no solo por un grupo de desaparecidas y desaparecidos. Somos madres de todas y todos por igual». Por Nelson Santacruz. 

Se me vienen imágenes de coberturas donde se la ve fuerte, contundente, con las palabras que muchas veces nos cuesta oír, con su pañuelo de tela interminable, que vuela por cualquier pasillo de cualquier causa… como cuando metieron presos a algunos compañeros en 2017, luego de salir a la calle, luego de que nos reprimieran, luego de que nos cazaran, luego de que nos encarcelaran. Ella estuvo ahí, con sus enormes lentes de sol, pidiendo la libertad de los presos por luchar: «Yo soy una mujer del pueblo, y no lo voy a cambiar. Nuestras hijas e hijos nos enseñaron eso, a trabajar para los demás, es lo más hermoso que te puede pasar».

No era la primera vez que Hebe sacaba de la cárcel a los pibes del barrio, a quienes por vender revistas o por reclamar sus derechos se los había llevado la Policía de la Ciudad o la Bonaerense. Muchas veces me pregunté por qué, aunque fuera obvio, y en aquella revista vieja ella misma lo respondía: «Yo nací en un barrio marginal de Ensenada, en tierras ocupadas, viví en una casilla donde volví cada vez que pude, porque yo soy de la villa».

Las vecinas, comunicadoras de aquel tiempo, le preguntaron: «¿No estás cansada?». Y contestó con esta frase que, para mí, siempre va a tener sentido: «No, porque cansarse de luchar es cansarse de respirar. Para la vida no hay alimento más hermoso, más puro y más sano que la lucha».

Gracias, Hebe.