El Día Mundial para la Prevención del Abuso en las Infancias y Adolescencias surge por la necesidad de visibilizar esta problemática. Las víctimas siguen apareciendo y multiplicándose, muchas veces, en el más absoluto silencio. Otras veces, como en el caso de Arcoiris o del hijo de Gilda Morales, llegan a realizarse denuncias que la Justicia misma no termina de accionar.
El Ministerio Público Tutelar porteño marca que el 80% de los abusos en las infancias ocurren en sus propias casas y son efectuados por un familiar o persona conocida.
En 2014, Gilda Morales denunció al progenitor de uno de sus hijos, luego de que manifestara señales de abuso sexual. La Jueza Silvia Cristina Morcillo ordenó que el niño fuera entregado a su padre, incluso pidiendo la detención de Gilda por «secuestro» y archivó la causa de abuso sexual.
«Hace dos años que no veo a mi hijo, ni yo ni sus hermanos. Hice dos denuncias contra su progenitor por abuso sexual, en el 2015 y en el 2017. Lo forzaron a re-vincularse y lo arrancaron de su hogar. La Justicia actúa de manera perversa y criminal», cuenta Gilda Morales.
Otro caso donde el Poder Judicial obligó la restitución por medio de la fuerza pública con la familia del abusador es el de Arcoiris, una niña de La Rioja que fue abusada por el abuelo paterno. Su madre, Giselle, afirmó que “pareciera que en estos tiempos es un delito ser mujer, madre y creerle a nuestros hijes. La resolución expresa una violencia y una falta de perspectiva de género tremendas, y criminaliza el cuidado de una madre a su hija”.
Necesitamos políticas públicas específicas, la aplicación de la ESI y una Justicia que escuche a las infancias. Nuestros niños, niñas y adolescentes tienen derecho a tener una vida libre de abusos y violencias.
Para denunciar podés comunicarte gratuitamente al 137 o al 0800 222 1717.
