Los Álamos es un barrio de Virrey del Pino, La Matanza, provincia de Buenos Aires. Esta es una de las localidades más grandes del partido. Se estima que hay aproximadamente 180 mil habitantes, pero entre tantos que somos hace cuatro años que nos falta uno.
Como si fueran cicatrices, las marcas de agua en las paredes de las casas delatan que las inundaciones son moneda corriente. En 2018 fue la peor de todas, y ahí perdimos a Tobías.
Miriam Valdez, su mamá, es una mujer entera, fortalecida con el paso del tiempo. La tristeza en sus ojos es la huella permanente que nos cuenta una historia que no se supera. Junto a ella, la acompañan sus hijos Demian, Nadir, Jony y Eloina en sus brazos, quienes la movilizan para no rendirse.
“Fue un 12 de noviembre. Ese día nos habían querido robar. Por eso nos quedamos en casa pese a que no paraba de llover y que el agua estaba subiendo dentro de nuestro hogar. A la medianoche ya estábamos inundados. Estuvimos despiertos hasta la madrugada. Me ganó el cansancio y me dormí con Tobías, que tenía 8 meses, en el pecho. Me despertó mi hermana, que vivía con nosotros, diciéndome que el bebé estaba en el agua. El día anterior había llamado para que vengan a sacarnos de acá porque vivía con mi papá, que es un hombre mayor y no podía dejarlo, pero no tuvimos respuestas. Recién después que ocurrió la tragedia reaccionaron Defensa Civil, los Bomberos y la Policía”.
Hoy, a cuatro años del hecho, las cosas siguen igual: “Los materiales que me dieron para arreglar mi casa se los llevaron las inundaciones siguientes y hace poco me llegaron nuevamente algunas cosas: un par de chapas cortadas, que no me alcanzan ni para cubrir el techo”, nos cuenta Miriam.
Hace unos años, en el corazón del barrio, los vecinos fundamos la plaza Tobías, para que siempre se recuerde su sonrisa y la alegría que lo caracterizaba. Pero también para que la herida que nos quedó en Los Álamos no se olvide ni se repita.
La falta de interés por nuestras condiciones de vida: la despreocupación por limpiar el arroyo, por juntar la basura, por hacer calles transitables, por darnos seguridad… Todo eso sumó para mal y siempre terminamos perdiendo nosotros. Aunque pase el tiempo no vamos a callarnos, la ausencia del Estado nos lo llevó, sin embargo, Tobías, seguimos por vos.