En los barrios populares de la provincia de Buenos Aires nos tapa la basura. Nuestros paisajes son montañas de desechos. No es una cuestión de estética. Se trata de focos de infección que contaminan la tierra, el aire y el agua, propagando plagas de moscas y roedores. Según el INDEC se producen aproximadamente 12.600 toneladas de residuos por día, que se convierten en cuatro millones y medio al año. ¿Qué se hace con toda esa basura?
Daniela Rios, vecina de Los Álamos, La Matanza, cuenta: “Vivo a tres cuadras del arroyo Morales. El recolector no pasa por acá y la basura se acumula. El agua está contaminada y a los chicos les da vómitos y diarreas, por eso la tenemos que comprar envasada. Hay vecinos que hasta les sale sarpullido”.
Cecilia Monte, vecina de Las Dalias, Mar del Plata, comenta: “En la parte donde estamos la mayoría de las calles son de tierra. Hay casi seis manzanas de un campo privado y en muchas de las esquinas que están deshabitadas se acumula la basura. Si bien se supone que los basureros pasan tres veces por semana hay partes a las que no llegan. Al no haber contenedores como corresponde, hay varios focos fuertes en cuatro o cinco esquinas del barrio, y después varios de acumulaciones pequeñas”.
“Desde la asamblea de Las Dalias hicimos un primer contacto con Higiene Urbana. Coordinamos un camión que ya pasó. Después se nos prometió que iría el almejero, pero no ha llegado. Intentamos varias veces más. Nunca nos contestaron. Si no nos ponen un recolector de residuos, la basura se va a seguir acumulando”.
Disponer de un ambiente sano es un derecho humano universal. La permanente recolección de residuos en nuestras barriadas debe estar garantizada. ¡Vivir entre la basura no es una opción!