Por acá ya se nos ahogaron las palabras entre tanto grito acumulado, entre tanto llanto sentido, entre tanto abrazo comunitario. Pero trajimos las palabras de uno de los más grandes; mejor que juegue René.
*Por René Housemann, el 10 de julio de 2014, cuando pasamos a la final en el Mundial de Brasil.
¿Análisis? En este momento mi breve análisis no les dará trabajo: ¡Vamosssss, carajoooo! Y gracias, muchachos, porque hoy quedaron en la historia. Así que ojalá varios tengan memoria, para que puedan recordar una y mil veces cómo hablaron boludeces…
¿Qué podría decir del partido? Que ganamos, jugando sin arrogancia y sin arrugar, en la peor instancia que se puede jugar. Pero sólo diría esa gilada, si de fútbol no entendiera nada.
¿Qué diría entonces sobre la defensa? Que se llame a la reflexión buena parte de la prensa, porque sólo nos inquietaron una vez. Pero sólo diría esa burrada, si de fútbol no supiera nada.
¿Qué diría entonces del planteo llevado a la realidad? Que nos faltó un poco de profundidad, que nos sobró tranquilidad, que el cansancio se hizo notar y que por eso no pudimos brillar. Pero sólo diría esa barrabasada, si de fútbol no entendiera nada.
¿Qué diría entonces de Lío? Que jugar frente a los televisores siempre es más fácil que darse vuelta entre dos o tres defensores… Pero sólo daría esa mirada, si de fútbol no entendiera nada.
Ahora, considerando que todos los argentinos tenemos un ego con inflación y que René Houseman no es la excepción, yo considero que, de fútbol, sé un montón… Y por eso, sólo digo: Gracias, de corazón.