Daniela Mérida es una mina todo terreno, trabajadora comunitaria de punta a punta. Hoy, con los pies en Zavaleta, referencia una transformación a puro pelotazos.
Ahora se desempeña como Coordinadora de Deportes de las asambleas poderosas de la Capital Federal: “Siempre pensamos en lo que perdemos, pero no vemos las vidas que salvamos. El fútbol se da en todos lados 24/7 y mientras los pibes están haciendo deporte no están en la gilada”.
En la Coordinación tienen varios objetivos: “Que todos los barrios tengan, al menos, un taller deportivo para que las y los pibes puedan elegir qué quieren hacer y se sientan contenidos. En el Barrio Rodrigo Bueno, por ejemplo, tienen fútbol, básquet y vóley. También buscamos retomar los vínculos con las instituciones cercanas a los barrios. La idea es compartir y brindar herramientas. En eso yo también aprendo un montón. Además, si no lo hacemos nosotras, ¿quién lo va a hacer?”.
Quienes activan y sostienen espacios alimentarios, educativos y de recreación, son las y los vecinos: “En Zavaleta, si no fuera por los espacios que autogestionamos, como el Polideportivo ‘Diego Armando Maradona’, no habría lugares para recrearse porque no hay espacios verdes. Fue una lucha de casi diez años para lograrlo, comprando ladrillos mes a mes. La asamblea y los vecinos históricos del barrio propusieron el polideportivo cuando la Policía nos mató a Luisito García, que tenía dieciséis años y era el hijo de nuestra compañera Ale Díaz”.
Con la combativa cultura boliviana que heredó de su familia y las ganas de cambiar la realidad, reivindica el deporte: «Logré meterme en el área a finales del año pasado, pero siempre estuve ligada. Acompañé a muchos pibes que después crecieron, y hoy son quienes sostienen los talleres».
