Hoy nos encontramos en Lomas del Mirador, La Matanza, a dos días de cumplirse un nuevo aniversario del secuestro y desaparición forzada seguida de muerte de Luciano Nahuel Arruga en esta misma localidad en 2009.
Todos los eneros, junto a organismos de derechos humanos, movimientos sociales, vecinas y vecinos acompañamos a las amigas, amigos y familiares de Luciano y, a 14 años, seguimos exigiendo justicia.
«Yo aprendí a sobrevivir, a 14 años yo lo sigo extrañando, se me quiebra la voz. Es como si te arrancan un pedazo de vos, y tenes que aprender a vivir con eso. No me interesa la Justicia. La Justicia debería ser no estar haciendo este festival, poder verlo a sus 30 años, disfrutar de mis nietos», Mónica Alegre, mamá de Luciano.
La consigna de este año es contundente: “que arda”. En esa hoguera queremos ver el fin de la violencia institucional que se llevó a Luciano junto a tantas pibas y pibes de los barrios.
«Nos parece super importante estar en los distintos eventos y recordatorios de nuestros pibes y pibas que nos asesina la policía. Hablamos de una represión estatal que se ensaña con nuestros jóvenes, con nuestros pibes y pibas de las barriadas, de los territorios», Roxana Cainzos, mamá de Nehuen Rodríguez, asesinado por la Policía en 2014.
«La lucha te da ganas de vivir, porque lo que nos pasó, te la saca. La lucha es estar peleando por algo que creemos justo, y eso te da ganas de seguir adelante. Cuando pase el juicio de mi hijo, no voy a dejar de venir acá, tenemos que seguir», Horacio, papá de Diego Cagliero, asesinado en mayo de 2019.
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Creyeron que te mataban, pero tu nombre vive en la memoria de este pueblo que va a seguir gritando: ¡Luciano, acá estás presente!