En el barrio San Martín de la ciudad de Paraná, Entre Ríos, cada vez hay más mosquitos debido al Volcadero, el basural que está al lado, y a los humedales que rodean al lugar.
“Estamos propensos a contraer el dengue porque vivimos rodeados de lagunas y zanjones donde corren aguas cloacales todo el año. Son los vecinos quienes se encargan del desmalezado porque desde la Municipalidad no nos atienden”, señala Alicia Almada, referenta de la posta de salud del barrio.
La Municipalidad de Paraná brilla por su ausencia. En los últimos dos años no fumigó ni realizó acciones de prevención en la zona del Volcadero. Tampoco se entregan repelentes en el Centro de Salud. “Las familias del barrio dependen de quienes trabajamos en las postas de salud; tiempo atrás habíamos conseguido repelentes para las vecinas y vecinos, y lo poco que nos quedó lo utilizamos el fin de semana pasado en el campeonato de fútbol del barrio para que todas las familias puedan ponerse un poco. El Centro de Salud no tiene porque la Municipalidad no les baja los insumos».
Comprar repelente en nuestro barrio es gastar entre $500 y $1.800 dependiendo el tamaño del pote. Pero no queda otra que compartir entre vecinas lo que cada una tiene, porque la cantidad de mosquitos es cada día más inaguantable.
El intendente de Paraná, Adan Bahl y sus funcionarios juegan al teléfono descompuesto y ya no sabemos de qué manera reclamar. Exigimos que nos presten atención: ¡al dengue se lo combate con medidas efectivas de prevención!
