Nahuel tiene 12 años, pero ya la tiene recontra clara: acceder al agua es un derecho, y los gobiernos y las empresas son responsables de que no se cumpla.
Hoy nos invita a recorrer su barrio Canillas Vacías, que podría ser cualquier villa argentina, porque, según el RENABAP, el 86% de los barrios populares del país no tiene conexión formal de agua.
Como no hay presión, las y los vecinos de Canillas Vacías tienen que esperar hasta la madrugada, cuando sale un poquito más de agua, para cargar los baldes y tener para bañarse, lavar ropa o cocinar en el merendero. Durante el día, con el calor, tienen que comprar bidones, y es una moneda importante la que se gasta.
“¿Cómo puede ser que en 2023 todavía no tengamos agua?”, pregunta Nahuel a los gritos, pero el Estado mira para otro lado: ¡está dibujado!
