La existencia de comedores y merenderos en nuestro país no es algo propio de la actual coyuntura, son una respuesta a la pobreza estructural que existe hace más de 30 años, en la que más de tres generaciones, abuelos, padres y nietos, han acudido a comer a esos lugares.
70mil cocineras comunitarias trabajan sin percibir un salario, por esto impulsamos un proyecto de ley para que se reconozca a las cocineras comunitarias que dejan su vida en los comedores y merenderos de los barrios populares sin recibir un salario.
¿Qué implica el reconocimiento laboral? Un salario ligado al Mínimo Vital y Móvil como base; acceso al aguinaldo, vacaciones, seguridad social, cobertura contra riesgos en el trabajo por enfermedades y maternidad, por invalidez y vida, retiro, acceso a la jubilación y guarderías.
Las compañeras realizamos una triple jornada laboral: trabajos de cuidados en nuestras casas, trabajo remunerado fuera de ellas y trabajo comunitario que sostiene nuestros barrios.
De las 40mil personas que asisten a nuestros comedores, el 60% son niñeces y adolescencias mientras que el 80% de las personas que cocinan son mujeres y disidencias.
¡Vamos con todo por el reconocimiento para las cocineras comunitarias!