Este 4 de abril se cumple el 16 aniversario del asesinato del maestro Carlos Fuentealba. Profesor militante, compañero de verdad y repositor de la dignidad. Murió por el accionar represivo policial y un disparo del cabo José Darío Poblete, tras una protesta de la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén.
“Es un aniversario totalmente distinto. Por lo menos hemos llegado a acercarnos lo más posible a la idea de justicia completa, que es la consigna que llevamos durante estos 16 años, y que después de tanto tiempo, hace dos semanas se condenó a la cúpula policial que participó en su asesinato”, cuenta su pareja y madre de sus dos hijas, Sandra Rodríguez.
“Se demostró que hubo un operativo de represión y muerte; abuso de autoridad de parte de altos jefes policiales del gobierno de Jorge Sobisch, ex gobernador de Neuquén”.
“A partir de ahora el homenaje a Carlos será mucho más fuerte, porque quedó sentado que no nos pueden prohibir reclamar en la democracia. Esas necesidades tienen que ser el grito de Carlos, el grito de todos nosotros, el grito cotidiano de nuestros derechos”.
“Sin duda este fallo tiene nombre y apellido: Carlos Fuentealba. Y, sin duda, una ley contra la violencia institucional que se llame como él asegura lo que tanto Carlos como yo, por supuesto, queríamos: garantizar los derechos que necesitan nuestros estudiantes, para que cuando crezcan y sean trabajadores, no sean dominados ni manipulados, sino que puedan tener un pensamiento crítico tan necesario para su vida”.
Para Sandra, “Carlos era un hombre muy coherente», y finaliza: «Creo no haberle fallado. He sido consecuente a lo largo de estos años también. Me puse una meta muy larga. Estamos satisfechas. Este fallo está a la altura de su vida y la vida digna que tenemos todos los maestros en nuestro trabajo y en la entrega a la educación pública”.