Desde la profundidad de los potreros cordobeses, con tan solo 25 abriles encima, uno de los campeones del mundo nos compartió el umbral de su alegría. A 5 meses de la alegría que nos quedará guardada por siempre, Nahuel Molina, el negro de Calamuchita, gritó con las Cocineras Comunitarias.
«Quiero agradecerles a todas las que se preocupan, que trabajan horas y horas para ayudar a un montón de personas que no tienen platos de comida. Ojalá haya un reconocimiento y se valoren todas las horas que hay detrás de un comedor», dando así su apoyo a las 135 mil mujeres del país que salen a la cancha a atajar el hambre, sin salarios para su laburo.
Respecto al campeonato del mundo logrado el pasado 18 de diciembre señaló: «Lograrlo, luego de haberlo soñado tantas veces, estar ahí y conocer a todos los jugadores… es inexplicable».
“Me tocó ir un poco más adelante de lo normal porque así lo quiso el entrenador; por eso el gol. Ese momento también es difícil de describir; se me vinieron a la cabeza otros mil momentos en un segundo. Fue una alegría inmensa y lo voy a llevar conmigo toda la vida”, expresó sobre su primer gol con la selección contra Países Bajos.
El jugador del Atlético Madrid no habló solo de fútbol: “Debe ser difícil, para la juventud de los barrios, no tener como ir a la escuela o no poder desayunar», y cerró la nota de esta manera: «Como sociedad tenemos que hacer bastante autocrítica y empezar a ser más solidarios, sobre todo los de arriba».
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