“Hace cuatro años venimos luchando día tras día. Por un lado, estamos un poco disconformes con la sentencia porque queríamos perpetua para todos los policías y sólo hubo para dos, por otro, estoy tranquila porque sé que se hizo justicia”, cuenta Gladys, la mamá de Danilo Sansone que tenía tan sólo 13 años cuando fue asesinado por la policía de San Miguel del Monte, provincia de Buenos Aires, junto a sus amigos Aníbal Suárez de 22, Gonzalo Domínguez de 14 y Camila López también de 13.
Ese 20 de mayo de 2019, ellos iban escuchando música en un auto cuando comenzó a perseguirlos dos vehículos policiales y tras dispararles chocaron contra un camión que estaba estacionado. La única que sobrevivió fue Rocío Quagliarello, quien en ese momento tenía 13 años. Estuvo 25 días internada y hoy es la única que puede contar lo que sucedió.
El juicio había comenzado el 8 de mayo y el jurado popular determinó que los policías acusados por el crimen Leonardo Escilape, Manuel Monreal, Mariano Ibáñez y el ex capitán Rubén Alberto García, eran culpables por homicidio agravado.
Desde que ocurrió el hecho, la policía amenazó a los familiares de las víctimas: “Lo hemos denunciado varias veces. Tenemos custodia en la puerta de nuestra casa y a mis hijos los acompaña la Gendarmería a la escuela”, explica con una voz fuerte, determinante.
«A esos padres que tienen a sus hijos de la misma edad que los míos, les digo que los abracen, que los besen, que los mimen, que estén atentos y compartan tiempo con ellos, porque aquellos que nos tienen que cuidar hoy nos matan”, finaliza Gladys.