«Trabajo en el subte desde marzo de 1995. El asbesto es un mineral que se usa para la construcción de motores y es muy tóxico, por lo que trabajadores, trabajadoras y usuarios convivimos con él permanentemente», cuenta Claudio Dellecarbonara, secretario general de la Asociación Gremial de Trabajadores de Subte y Premetro.
Estamos viviendo una crisis sanitaria, cada día que vamos a trabajar o usamos el subte arriesgamos nuestras vidas; nos exponemos a la posibilidad de contaminarnos nosotros y a nuestras familias, contraer cáncer y morirnos.
Tomamos conocimiento de la existencia de asbesto en el subte cuando el gobierno porteño de Macri compró trenes de Madrid, y al investigar y contactarnos con los trabajadores de allá nos dijeron que estaban contaminados y que habían muerto trabajadores por esta causa. Gracias a esa solidaridad empezamos un proceso de investigación propia, tomando piezas de trenes de estructuras en forma clandestina y los hacíamos analizar.
En 2003, el Ministerio de Salud de la Nación prohibió la utilización de este componente pero nunca se hizo el proceso de retiro progresivo del asbesto de las líneas. Hace 5 años que venimos con esta pelea y el gobierno de CABA, al igual que EMOVA tardaron un año y medio en darnos la razón. Hoy nos reconocen que hay asbesto pero dicen que no es riesgoso. En todo este tiempo murieron 3 compañeros, hay 90 que atraviesan distintas complicaciones de salud y 6 de ellos padecen cáncer de pulmones, sin contar los casos de antes de que tomemos conocimiento del asbesto en el subte.
Exigimos: que todas las y los trabajadores ingresen al Registro de Agentes de Riesgo (RAR), 30 horas de trabajo a la semana y un franco más para disminuir la exposición a este elemento nocivo. Por nuestra lucha venimos sufriendo sanciones y aprietes constantes.
Tengo una hija de 8 años preocupada por la situación de exposición en la que vivo con el asbesto y me pregunta cuándo voy a dejar de trabajar en el subte. Queremos recuperar el tiempo de vida que nos quitaron.
