Los femicidios en la provincia de Tucumán son la muestra más trágica de la enorme falta de políticas de género de los Estados a la que hay que sumarle la impunidad de un sinfín de casos, garantizada por una justicia cómplice.
Silvana Monzón de 50 años, fue asesinada por su ex pareja, Fabián Mercado, al costado de la ruta 321. El femicida que está detenido, con 4 meses de prisión preventiva, había sido denunciado en tres oportunidades por Silvana.
Milagros Valdez tenía 15 años; el pasado 2 de julio fue asesinada por su novio, Jonathan Eduardo Jaime, en la ciudad de Las Talitas. El cuerpo de Milagros fue encontrado el lunes siguiente en un pozo ciego de la vivienda de Jaime. El asesino confesó el crimen y está en prisión preventiva por los delitos de abuso sexual con acceso carnal y femicidio.
El primero de enero de este año, Melina Díaz de 17 años, fue a una fiesta y su cuerpo apareció sin vida horas después en Alderetes, dentro de un auto frente a la casa de Enzo Germán Mansilla, cadete de la Policía de Tucumán. En un primer momento, la investigación arrojó que Melina murió desangrada, producto de una lesión en la zona vaginal. La familia denuncia irregularidades en la autopsia: los peritos no dieron con la sangre que supuestamente ella había perdido.
“Me llamaron por teléfono para avisarme que mi hija tuvo un accidente y la encontré muerta en el auto de este policía. Me sacaron del lugar y tuve que esperar 2 horas hasta que llegaran los peritos, en ese tiempo hicieron lo que quisieron con la escena del crimen”, cuenta Dora López, mamá de Melina, quien este lunes se encadenó frente a tribunales para exigir una respuesta tras 6 meses de espera: “Tomé esa decisión para que el fiscal López Bustos salga y me escuche, estoy desesperada. La causa tiene la carátula de homicidio pero no se investigó nada y tengo miedo que todo quede en un accidente”.
Estos 3 femicidios se suman a los de Rosa Céliz, María Esther Abregú, Laura Gabriela Picciuto, y Rosa del Valle Poma, quien fue instigada a suicidarse por su ex pareja.
