La preocupación por nuestro presente, la incertidumbre del futuro, nos llevó a sentarnos a charlar con Juan. Como tantas otras veces, discutimos aquello que nos dijeron que eran puras utopías. Como la villera de Fiorito que hoy incomoda en el Congreso de la Nación
Como esa enorme red de cartoneras y cartoneros que lograron dignificar un poco más sus vidas y que, como nosotros, la reman en cooperativas.O toda esa manada villera que, como nosotras, paran las ollas en miles de comedores: sin salarios, sin pauta.
Elegimos escucharnos tras tanta teoría sin derrame, tras tantas promesas en pausa: «Los últimos serán los primeros» y las fugas orquestadas bajo el slogan del «Pobreza Cero».
Así, en este cambalache de contradicciones, de errores y de muchísimas construcciones nos encontramos al igual que en las calles o en el pasillo desde donde elegimos creer. Cuando todo parece jodido, es cuando hay que poner.