Los Murciélagos vencieron a China por penales y de esta manera, al igual que el seleccionado femenino, sumaron una nueva copa para el país. De esta manera se consolidan como un ejemplo, no solamente por su destreza deportiva sino también por tanta garra, dignidad e historias para revindicar.
Maximiliano Espinillo, mejor jugador de la Copa, nos enorgullece a todas las villas. En una entrevista nos contó: “Mis papás eran vendedores ambulantes, y aprendí el oficio. Quedé ciego a los cuatro años. Nací y crecí en Villa El Nylon, en la ciudad de Córdoba, en una casa en la que llovía más adentro que afuera. Son mis raíces, y no reniego de ellas”. También habló de cómo se las arreglaba para jugar al fútbol: “Le ponía una bolsa a la pelota, o agarraba una de plástico, la pinchaba y le metía piedras para que hiciera ruido, porque las personas ciegas nos guiamos mucho por el oído”.
¡Desde las villas, abrazamos esta Selección!
Reviví el gol que marcó el triunfo: