23 septiembre, 2023
, Violencia Institucional

¿Qué está pasando en Chiapas?

Desde hace 29 años, en el estado de Chiapas, México, los municipios autónomos controlados por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) vienen iluminando experiencias territoriales y comunitarias. Al mismo tiempo, resisten el hostigamiento del crimen organizado y la militarización de la región que se incrementaron en los últimos años.

 

Hay una disputa por el control de la zona entre grupos del crimen organizado, mientras la multiplicación de bases militares acompaña el desarrollo de diferentes iniciativas gubernamentales; ya son 147 los cuarteles sólo en el estado de Chiapas.

El antropólogo Gilberto López y Rivas, integrante de las bases de apoyo del EZLN, explica: “Desde hace ya casi un año y medio que las comunidades zapatistas permanecen en silencio debido al persistente ataque de grupos paramilitares que están detrás del proceso de militarización. A los militares se les aumentó el presupuesto, se les asignó la construcción y administración del Tren Maya, de los Bancos del Bienestar, de sus propios cuarteles y de aeropuertos; el control de puertos, aduanas y áreas de Seguridad Pública, así como de un proyecto particularmente estratégico, el Istmo de Tehuantepec”.

Victorico Gálvez Pérez, abogado del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, explica que la novedad es ‘la aparición del crimen organizado’. “Antes de 2021 el estado estaba controlado por un grupo armado que tuvo un rompimiento. Así, comenzó una disputa frontal entre los dos cárteles más poderosos de México”, mencionó.

“Se busca instalarlas donde hay presencia de procesos sociales cercanos a las comunidades zapatistas, y por el paso de migrantes que ha transformado la zona en un corredor donde se trafica de todo”.

Se estima que hay entre 400 y 700 mil personas desplazadas internas en el país, a lo que se suma una escalada de distintas formas de violencia, como intimidaciones, amenazas de muerte y quema de casas.

Frente al dolor, el EZLN continúa cultivando utopías y siendo símbolo de enseñanza para nuestras asambleas. ¡Basta de violencia en Chiapas!