Abrazando un sueño profundo que nunca nadie pudo desdibujar, pidió que pararan el mundo y la dejaran bajar para sincerar las noticias o anoticiar los sinceramientos que aún no ves, esos que siguen siendo primicias 200 años después, en la coartada de la vanidad: “Aún sigue preocupada, por los grandes problemas de la humanidad”.
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Símbolo de rebeldía, la niña que se convirtió en mito a fuerza de valentía y de acertar todas sus profecías: ¿O acaso no siguen usando «el palito de abollar ideologías?”. Sí, señor, toma la palabra su ilustre mentor y dibuja nuestro homenaje a la alegría y la desobediencia sin importar maquillaje para el Día de la Reverencia y sin camuflar el presente con el cinismo de vagos lemas: ¿Cómo no sentirla vigente, si aún tenemos los mismos problemas?
