El domingo 1 de octubre, cuando todas las cámaras apuntaban al #DebatePresidencial en Santiago del Estero, un nuevo caso de Gatillo Fácil golpeó nuestros barrios. Santiago Díaz, de 28 años, recibió una paliza por parte del policía Mario Concha en el barrio Villa Coy, de dicha provincia, y falleció a causa de los golpes.
“Santi, había salido a cartonear y juntar botellas cuando se encontró con el policía, quien lo golpeó fuertemente. Tras el hecho, volvió a su casa con dolores de cabeza y vómitos. Los amigos con los que vivía llamaron a la ambulancia y cuando los enfermeros lo empezaron a higienizar vieron todos los moretones que tenía”, explica su cuñada María Eugenia Gramajo.
“Ese domingo lo internaron a la madrugada. Fuimos al hospital a verlo y nos lo prohibieron porque estaba en coma inducido. Regresamos el lunes y nos dijeron que había tenido un coágulo en la cabeza y que por eso no tenía defensa ni plaquetas. Estaba totalmente débil, por ello, no lo habían intervenido. Tuvo muerte cerebral”, comenta.
La autopsia oficial, que se publicó en los medios antes de que la conocieran los familiares, mintió a pesar de los hematomas en el cuerpo de Santiago, señalando que: “La causa del fallecimiento es de intoxicación aguda y no presenta golpes en miembros internos y tórax. El área de la cabeza no tiene traumas”.
Desde hace meses y debido a su consumo problemático, venía siendo hostigado por integrantes de la Comisaría 11, especialmente por el policía Concha, quien según María Eugenia se encuentra separado de su cargo junto a todos los policías que estaban de guardia el domingo.
“Santi era muy buena persona. Tenía una nena que no pudo ver crecer. Siempre estaba rodeado de amigas y amigos. Era cartonero y juntaba botellas para poder sobrevivir”, cuenta.
El martes pasado, durante una protesta para exigir justicia, fueron detenidos cuatro amigos de Santi: Erick Rojas, Esteban Álvarez, Esteban Figueroa y Carlos Rodríguez y fueron llevados a distintas comisarías de Ciudad de Beltrán, la Comisaría Comunitaria de Arraga y la del barrio San Fernando La Banda. Aún siguen detenidos.
¡Basta de violencia institucional!
