Todavía caminan sus botines desatados en algún potrero de Fiorito o de cualquier barrio.
Hoy celebramos tu vida, como vos celebraste la nuestra.
Nunca en la vereda del odio. Siempre con los Derechos Humanos.
Por eso, ¡gracias Diego!
Todavía caminan sus botines desatados en algún potrero de Fiorito o de cualquier barrio.
Hoy celebramos tu vida, como vos celebraste la nuestra.
Nunca en la vereda del odio. Siempre con los Derechos Humanos.
Por eso, ¡gracias Diego!