Cuando en la opinión pública se habla de “ideología de género”, automáticamente se instala la idea de colectivos que estamos en contra de la familia, la heterosexualidad y la masculinidad, mientras que lo que buscamos es visibilizar nuestra identidad.
Defendemos la ESI porque genera espacios de enseñanza y aprendizajes adecuados por edad a niños, niñas y adolescentes sobre sexualidad, entendida desde la integralidad, es decir que articula aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos.
“La Educación Sexual Integral enseña a los niños y niñas, adolescentes y personas adultas a tener presente que nadie puede tocarte sin tu consentimiento, que no hay que complacer a nadie para que no se enoje, y que existen métodos efectivos para prevenir enfermedades y embarazos no deseados. Esto va más allá de cualquier creencia o religión y no es ninguna perversión”, explica al respecto Constanza Rojas, vecina lesbiana de la Villa 31.
“La libertad es una palabra fuerte, a muchos y muchas nos cuesta liberarnos de los patrones familiares y las estructuras con las que nos formaron en la niñez. Cuando hacés ese proceso de liberarte, te sacás de encima prejuicios y dolores personales. Al final está la luz de tus compañeras y compañeros en donde te reflejás siendo vos misma en todas las instancias de tu vida”, agrega.
En la 32° edición de la Marcha del Orgullo, las diversidades villeras salimos a las calles, no para ir contra quienes no se sienten representados por nuestra lucha, sino para que sigamos siendo visibles, y para que se sepa que se nos siguen negando derechos. Las disidencias no odiamos, ¡solo luchamos!