A esta hora exactamente, hay un grito en la calle. A las 10 de la mañana, a sol y sombras, familiares y sobrevivientes de la crueldad se abrazaron en Once, en el santuario de la verdad, con un rezo de justicia colectiva gracias al eco de 194 presentes, en la tristeza de los que se fueron después y en la memoria que no se hizo cenizas, ni tras 19 años de negligencia.
#Cromañón nos pasó a todas, a todos, y aparece hoy en las leyes conquistadas, esas necesarias y urgentes. «El siguiente paso que necesitamos es la expropiación del espacio. El Estado tiene que entrar y tasar el inmueble, que sigue en manos de Rafael Levy. Tenemos hasta noviembre del 2024 para hacerlo. Si ellos no lo motorizan, se va a caer y tendremos que empezar de cero», nos contó Gonzalo Zamudio, uno de los sobrevivientes.
La cita es a las 18:30 hs en Plaza de Mayo, sobre las baldosas de los pañuelos, para una conferencia de prensa y para marchar porque la memoria no conoce de protocolos de seguridad. La caminata irá de ahí a Once.
Silvia Bignami, mamá de Julián Rozengardt, de @movimientocromanon, dijo: «Es imposible decir que el actual gobierno no afecta a la lucha por Cromañón, porque las declaraciones del presidente Javier Milei y su vicepresidenta Victoria Villarruel son preocupantes para todo el pueblo argentino y más aún, para un movimiento de Derechos Humanos».
Además, explicó que durante el gobierno de @alferdezok solo se avanzó en cómo se formaría la Comisión de Cromañón que administraría el lugar en caso de ser expropiado: «Quedamos que la comisión tendría paridad o que, en todo caso, familiares y sobrevivientes tuviésemos posibilidad de veto en las decisiones que se tomarán. Pero, nos dejaron en tres votos y al Estado con cuatro».
Hacer memoria colectiva, ahora más que nunca, es mirar todas las banderas flameando al cielo. Es lograr que las futuras generaciones sepan, por ejemplo, quién fue Julián, sus 18 años, su amor por la música, el básquet, su novia, sus amigos: «Es que los pibes entiendan que la impunidad y la corrupción le toca a cualquiera».
A esta hora exactamente, hay un grito en la calle. A las 10 de la mañana, a sol y sombras, familiares y sobrevivientes de la crueldad se abrazaron en Once, en el santuario de la verdad, con un rezo de justicia colectiva gracias al eco de 194 presentes, en la tristeza de los que se fueron después y en la memoria que no se hizo cenizas, ni tras 19 años de negligencia.
#Cromañón nos pasó a todas, a todos, y aparece hoy en las leyes conquistadas, esas necesarias y urgentes. «El siguiente paso que necesitamos es la expropiación del espacio. El Estado tiene que entrar y tasar el inmueble, que sigue en manos de Rafael Levy. Tenemos hasta noviembre del 2024 para hacerlo. Si ellos no lo motorizan, se va a caer y tendremos que empezar de cero», nos contó Gonzalo Zamudio, uno de los sobrevivientes.
La cita es a las 18:30 hs en Plaza de Mayo, sobre las baldosas de los pañuelos, para una conferencia de prensa y para marchar porque la memoria no conoce de protocolos de seguridad. La caminata irá de ahí a Once.
Silvia Bignami, mamá de Julián Rozengardt, de Movimiento Cromañón, dijo: «Es imposible decir que el actual gobierno no afecta a la lucha por Cromañón, porque las declaraciones del presidente Javier Milei y su vicepresidenta Victoria Villarruel son preocupantes para todo el pueblo argentino y más aún, para un movimiento de Derechos Humanos».
Además, explicó que durante el gobierno de Alberto Fernández solo se avanzó en cómo se formaría la Comisión de Cromañón que administraría el lugar en caso de ser expropiado: «Quedamos que la comisión tendría paridad o que, en todo caso, familiares y sobrevivientes tuviésemos posibilidad de veto en las decisiones que se tomarán. Pero, nos dejaron en tres votos y al Estado con cuatro».
Hacer memoria colectiva, ahora más que nunca, es mirar todas las banderas flameando al cielo. Es lograr que las futuras generaciones sepan, por ejemplo, quién fue Julián, sus 18 años, su amor por la música, el básquet, su novia, sus amigos: «Es que los pibes entiendan que la impunidad y la corrupción le toca a cualquiera».