Por Rocío Soto, garganta poderosa de la Asamblea Puertas del Sur y Tierras Argentinas.
«El sábado 16/12/23, a las 16 hs, después de un día muy caluroso, todo se nubló y apareció el viento. Nada fuera de lo común en Bahía, pero se fue acrecentando. Hasta que de repente vimos el techo del vecino arrollarse como papel. En un instante, se fue la luz. Ya estaba todo oscuro, y nadie alcanzaba a entender qué pasó. El desastre fue total.
Desde la madrugada del domingo, nuestro vagón, el punto de reunión de La Poderosa, quedó abierto para las familias que lo necesitaban.
La asamblea organizó ollas populares para las familias que desde el sábado no comían. Vecinas hicieron de sostén y contención psicológica. Impulsamos cuadrillas de voluntariados y campañas de donaciones para conseguir agua, velas, colchones y otros recursos. Incluso también pusimos manos a la obra para reconstruir casas que la tormenta derribó.
Desde ahí no paramos, diciéndonos que todo va a salir bien, que de esta salimos juntos.
De a poco, la gente fue acercando las donaciones, camionetas, autos que se habían enterado de que ya estábamos organizadas para ayudar. Miles de vecinos bahienses preguntando qué necesitábamos. Voluntarios que se acercaban y pedían actividades para hacer. Nunca me gustó tanto mi Bahía como ahora.
Hoy, la mitad de Puertas del Sur sigue sin luz, y muchas familias que perdieron su techo están aún tratando de armarlas. Nosotros seguiremos apoyando a esas familias y dando con el amor de siempre esa comida y merienda rica que las compas hacen.
Por mis compas del vagón, la única palabra que hay es orgullo».