El comedor “Gustavo Cortiñas” de la Villa 31, es uno de los tantos que están en la primera línea contra el hambre. Ante la falta de trabajo y los aumentos constantes de los precios de los alimentos, se encuentran con filas cada vez más largas para retirar la comida.
Junto a Filo News y Nelson Santacruz, charlamos con vecinas y vecinos que tienen que recurrir a este espacio para alimentar a sus familias; así como con cocineras comunitarias que trabajan hace muchísimos años sin salario. Se la rebuscan para cocinar la mayor cantidad de raciones posibles con lo poco que hay, incluso ante la decisión del gobierno nacional de no entregar alimentos para cocinar.
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