Los clubes de barrio son espacios en donde se puede realizar actividad física pero también encontrar un grupo de pertenencia y contención. Hoy, se encuentran en peligro debido a las decisiones económicas del gobierno nacional.
Ariel Rios, presidente del Club Social y Deportivo Constitución, en San Rafael, Mendoza, explica: “Al club asisten más de 300 personas. Es el único espacio al aire libre donde los jóvenes pasan la mayor parte del día. Realizamos charlas con Sedronar sobre la prevención del consumo problemático y hacemos capacitaciones de albañilería para generar una salida laboral”.
“Nosotros nos sostenemos con la ayuda del MTE, con el buffet que armamos los domingos cuando jugamos de local y también con alguna rifa. Muchas veces lo que recaudamos es para ayudar a algún vecino, a alguien que necesita operarse, comprar un remedio o alquilar una silla de ruedas”, agrega Nancy Juliano, secretaria del club de barrio Juveniles de Florencio Varela.
Sasha, defensora central del club Villas Unidas, afirma que “donde hay un club de barrio, hay un pibe o una piba menos en la calle y encuentran la posibilidad de hacer realidad sus sueños”. Y Alejandro Bunsters, presidente del Club Social y Deportivo Juventud Pedro Molina, en Guaymallén, Mendoza, sostiene que “los clubes no solo brindan un lugar para hacer deporte o alguna actividad cultural, también ayudan a los comerciantes, a las escuelas y articulan con distintas organizaciones sociales”.
¡Que la pelota siga rodando y nadie se quede sentado en el banco!
